miércoles, 14 de enero de 2009

JUAN MANUEL DAZA: CONFIANZA EN EL VÉRTIGO



Escribe desde antes de escribir, su palabra rockea, casi incendia la casa con libros autogestionados.









-¿Cómo te presentarías?.
Me llamo Juan Manuel Daza, trabajo como periodista, estudio Letras y también escribo.

-¿Cuándo empezaste a escribir?.
Aproximadamente a los cuatro años aprendí a leer y, más o menos, a la misma edad aprendí a escribir. Tengo recuerdos de haber empezado a escribir, antes de aprender a escribir. Hace unos años encontré cuadernos Rivadavia donde garabateaba con fibras que me compraba mi viejo. Descubrí páginas llenas de dibujos y símbolos parecidos a las letras que detonaron todo el recuerdo. Había escrito una especie de obra de teatro. Dibujaba al personaje, abajo escribía quién era ese personaje, y qué era lo qué podía hacer. Para mí esos símbolos estaban llenos de significado y les contaba a mis viejos la historia. Pero es una pena no recordarla y no entender ahora qué carajo quieren decir esos símbolos.
Escribía también en la primaria. Hacía cuentitos, poesías, participaba en los concursos del colegio. Nunca gané… sólo una vez obtuve una mención especial. Tampoco fui abanderado.
Creo que siempre escribí. Me gusta mucho manejar ese código, y crear cosas a partir de ello. Llego a un punto en que veo la escritura en todos lados, y me conmuevo siempre con eso. No sé, en las películas, en la música, en la vida, en las anécdotas.

- ¿Cómo es tu relación con la escritura?.
Creo que la escritura es una actividad muy barata. No se necesita más que un lápiz y un papel. O a veces, ni siquiera eso. Creo que todos estamos cerca de practicarla, y lo hacemos. La diferencia, quizás, es cuánto ahondamos en ella. Yo la considero una actividad muy importante, vital y necesaria. No me puedo, ni quiero escapar de ella. De hecho, hoy en día es mi trabajo. Pero yendo un poco más allá, necesito que el texto fluya y tenga un ritmo acelerado.
Como lector me planto ante los textos de forma bastante impaciente. Soy bastante disperso. Entonces, en el momento en el que me pongo a leer, ya sea en mi cama, en el tren, en el bondi o en un bar, necesito que el texto tenga ritmo, coherencia, que acelere y frene, que tome cualquier camino, pero que me lleve. Si yo tengo que empujar un texto, no me sirve… me canso y lo dejo… y tardo años en terminarlo.

-¿Cómo se construye tu escritura?.
Mi escritura aún se encuentra en una etapa de mutación, incertidumbre y desarrollo. Si bien puedo notar ciertos aspectos que la definen, nunca estoy seguro de ellos. Trato de construir mis textos siguiendo mis sentimientos, respecto a lo que deben ser, en particular, en ese instante. Pero también es bastante inconsciente. Pasan por mi cabeza demasiado rápido, y mi cerebro termina analizándolos luego que esas palabras ya fueron escritas. Intento aferrarme a las formas inconscientes de "componer" que tengo y trato de intensificarlas, esperarlas o dispararlas. Por ejemplo, desde principios de año estoy escribiendo una serie de cuentos acerca del punto de no retorno entre la vigilia y el sueño. Me propuse que tienen que ser nueve cuentos, y que de allí va a salir un libro. Recién voy cuatro. Eso no quiere decir que en el camino no vaya escribiendo otras cosas. Pero espero esas ideas y momentos en los que me salen cuentos así. He descartado muchos porque empiezo a narrarlos, y aunque la historia esté buena, no me termina de convencer la forma en la que lo encaro.

-¿Cuáles son tus herramientas al escribir?.
Mis herramientas no son muchas. Creo que hay una especie de confianza en el vértigo, difícil de explicar. Imaginate que estás andando en bici, vas muy muy rápido, y tenés que pasar entre un auto estacionado y otro que está frenando, en un espacio muy muy chiquito. Y además, corrés el riesgo que alguien abra la puerta.¿Viste la sensación de estar sorteando ese obstáculo, esa dificultad?. Básicamente eso es lo que siento cuando escribo y algo me sale bien y me sorprende. Es lo que busco. Y esa, también, creo que es la herramienta en la que más confío. Luego, te podría decir que la escritura periodística tiene mucho que ver en mi forma de escribir. Pero a su vez mi forma de escribir ficción o poesía, tiene mucho que ver con mi forma periodística. Pero en ambas trato de buscar las formas breves, concisas y bien "palo y a la bolsa".

-¿En qué momentos escribís?.
Escribo cuando me viene. En la cama, en la compu, cuando viajo en tren o en bondi, en clase, en un bar, cuando estoy escribiendo alguna nota. Siempre que me vengan las ganas y pueda hacerlo.

-Hace poco, en una charla, mencionaste que vos y tus amigos se definían como "chabones que escriben", ¿Cómo y por qué llegaron a esa autodefinición? ¿Qué los caracteriza?.
Sí, llegamos a esa definición porque ninguno de nosotros se siente muy cómodo con que nos digan "poetas", ni queremos eso. Hay mucha gente que se dice poeta, y para mí, responde más a la parafernalia del poeta que al poeta en sí. No nos regodeamos en la crema del under poeteño, y no nos cabe esa onda. Empezamos solos, venimos de otro lado e hicimos las cosas de otra forma.
No me siento un "poeta". No lo creo así. Soy un chabón que escribe cosas, que le gusta escribir esas cosas y compartirlas. Decirse poeta hoy por hoy en esta ciudad es masticar chicles rancios.

-¿Qué leés, y qué lecturas fueron determinantes en tu vida?.
Uf, ahora estoy leyendo "Memorias del subsuelo" de Dostoievski. Me gusta mucho la narrativa. Los autores que en su momento me marcaron fueron Oliverio Girondo y Julio Cortazar (en “Final del Juego”, “Bestiario” y “Todos los fuegos el fuego”). Luego descubrí más cosas. Me gusta Camus, Sartre, Fogwill, Millás, Hemingway, etc.
Pero a nivel poético, no leo mucho. Creo que el autor que más me pegó fue Girondo. Después he conocido a autores más nuevos como Vicente Luy y Hernán que también me abrieron un poco el marote.

-¿Qué es, el Rocanpoetry!? ¿Cómo y dónde surge? ¿Cómo nace CILC?
A fines del 2006, Juan Alberto Crasci y yo tenemos la idea de publicar el libro "Vamos a rockearla!", en donde habíamos compilado una serie de textos de nuestra autoría que respondían a un mismo espíritu. Empezamos a buscar la forma de materializarlo. Primero buscamos editoriales. Pero como estábamos completamente desinformados que existía una movida de editoriales independientes tan grande, sólo fuimos a algunas y no tuvimos suerte. Descartamos de lleno la posibilidad de hacerlo por Dunken también, jaja. Hubo otras que querían editarlo, pero que nos pedían mucho dinero. Por lo tanto comenzamos a averiguar por imprentas para hacerlo de forma independiente. Nos encontramos con precios más accesibles, pero todavía altos.
Había que recaudar fondos de alguna forma. En ese tren decidimos formar Casi Incendio La Casa (CILC), nuestra propia editorial. Y montamos un blog que se fue convirtiendo en una especie de bitácora de la edición de un libro (www.vamosarockearla.worpress.com). En abril de 2007, se nos ocurre hacer un festival en donde toquen bandas de rock y solistas amigos, y en el que nosotros podamos leer nuestros textos. Así surge el Rocanpoetry! El domingo 1 de julio realizamos el primero en Plasma, fue en éxito, vinieron unas 90 personas, y nos quedamos muy cebados. En septiembre, el segundo, en un bar en Morón, y en noviembre en Flores, con el mismo resultado. Desde ahí no paramos, y ya vamos por el noveno realizado
Así, en enero de este año editamos la primera serie de miniediciones y, en marzo la segunda junto con el ansiado libro “Vamos a rockearla!”.
Frente a la subida de los precios, nos dimos cuenta que la plata que habíamos juntado no nos alcanzaba para pagar la imprenta. Por lo tanto, decidimos comprar una impresora, una guillotina, papel, cola y hacer los libros nosotros.
Nos gustaría poder hacer un rocanpoetry! por allá en algún momento.

-¿Cuál es el criterio de selección de autores a publicar de la editorial CILC?.
Se basa en si lo que nos llega nos gusta o no nos gusta, básicamente.

-¿Cómo es el circuito de difusión?.
Todavía es muy pequeño, nos gustaría trabajar un poco más en ello este año. Básicamente vendemos en los festivales, en las FLIAS (Ferias del libro independientes y autogestionadas), por mail y por conocidos.

-¿Qué pensás del mercado editorial?.
Pienso que es un mercado, justamente. Y el editor publica lo que más rédito le va a dar. Por lo tanto, no hay demasiado margen para escuchar las propuestas de los escritores jóvenes.
No creo en la pose indie de ponerse en contra de las grandes editoriales, o de llenarse la boca hablando mal de ellas. Considero que nosotros hacemos algo distinto, ni mejor, ni peor, y le ponemos todo nuestro empeño y esfuerzo. Tenemos muchas ganas de crecer, de hacer cada vez mejores ediciones y de descubrir mejores autores. Vamos por otro carril, y nos hemos dado cuenta que hay un público para lo que hacemos, eso es lo que nos motiva a seguir produciendo. Está buenísimo y lo disfrutamos.

Textos y poemas

-2
Ahora, venir a darme cuenta de que en cualquier boca pasa lo mismo o algo raramente similar, a esta altura de la vida, es casi impensable. Que un diente es un diente aquí y en Yucatán. Que una lengua es una lengua. Que un labio es un labio.
Como golondrino pues, migraré de ápice en instante para encontrar en cada aljibe, la misma gota de agua, el mismo clima húmedo, la misma sensación de incertidumbre, la misma lingüística.
Emisor/receptor, receptor/emisor y una antena que crece y crece y crece. Y un mensaje cifrado en ruidos asordinados y acoples asincopados. Entonces, cuando me dé cuenta de que todo da lo mismo, ahí dejaré de buscar un modelo en particular. Allí detendré mis pasos. Porque ya no valdrá la pena probar nada nuevo.
Sin embargo… la boca de esa nena, la boca de esa nena, labocadesanena, ¡ay! labocadesanena.

-1
Me paro un rato sobre el vértice de mi tolerancia, en inevitable balanceo. Contame por favor cómo hacer para soportarse a uno mismo. Contame cómo es que hay gente que aguanta vivir consigo misma, ponele, durante 20 años. Contame por ejemplo qué pasa con los actores que hacen uso de sus cuerpos para la escena y luego se los roban. Contame qué te aqueja cuando te aqueja algo. Contame de qué hablamos cuando hablamos de amor. Contame de qué hablamos cuando hablamos de rock. Contame cómo nacen los bebes. Contame algo primal. Contame cómo hacen las chicas para hacer pis tan rápido en un baño público. Contame cómo hacen para demorarse tanto en el baño de sus casas. Contame por qué los chicos se copian en las pruebas. Contame cómo se copian. Contame por qué no les dicen a sus maestras que nada de lo que les enseñan les sirve y ya. Contame por qué existe Dios. Contame cuánto es la mitad de cuatro. Contame cuánto es la mitad de dos. Contame la mitad de uno.


UNO NO TIENE MITAD

(textos inéditos leídos en el noveno Rocanpoetry! del 26/09/98 en Chacarita).

2
Hoy compré una estampita de San Expedito.
Un hombre como cualquiera
que, en algún momento,
supo tener
alguna que otra
borrachera leve.

3
Expedito, patrón de las causas urgentes,
muéstrame el camino para sortear
el tránsito peatonal
de las atestadas veredas de once.
Enséñame la técnica
para aprender a respirar
en la República Argentina.

68
¿Por qué las buenas intenciones me anulan?
Sóbenme el lomo y piensen, por dentro,
que soy un idiota.
Eso me hace mejor.
Gracias.

(De “Santería”, Editorial CILC, 2008).

1
Poemas para leer bajo la cubrecama
o bajo la frazada.
Pero nunca bajo la sábana.
Jamás nos brinda igual cobijo.

Bajo la frazada estoy contenido.
Bajo la cubrecama,
también.

Bajo la frazada se tejen pensamientos
de lana de oveja.
Bajo el cubrecama se hilvanan
delirios de alpaca.

Bajo la sábana, todavía se ve el afuera.

2
Buceando profundo en mis cobijas,
una vez,
cuando niño,
descubrí un arrecife de corales,
una estrella de mar,
un galeón hundido.
Pero ni bien encontré al calamar gigante
de 2000 leguas de viaje submarino,
me asusté
y todo el aire de mis pulmones
de una sola vez
se fue.
Y nadé desesperadamente hacia la
superficie,
respiré hondo
y me sentí afortunado.

3
Buceando profundo en mis cobijas,
una vez,
hará unos meses,
descubrí un arrecife de corales,
una estrella de mar,
un galeón hundido.
Pero ni bien encontré al calamar gigante
de 2000 leguas de viaje submarino,
lo obligué a que me devorara.
Y nunca más
volví
a la superficie.

4
Bajo las frazadas estoy contenido.

No sé si ya lo dije,
pero lo repito:
estoy contenido.

A veces invito a una amiga
y estamos contenidos juntos.
Pero se queda poco.
Al rato se va y me quedo solo
de nuevo:
contenido.

(De “Poemas para leer bajo la frazada”, Editorial CILC, 2008).

Juan Manuel Daza nació el 23 de enero de 1985 en el Hospital Italiano de Capital Federal. Vive en la ciudad de Ituzaingó (conurbano bonaerense). Integra el Staff de la Editorial Casi incendio la casa (CILC), publicó: “Poemas para leer bajo la frazada”, “Santería” y “Vamos a rockearla!” (en coautoría con Juan Alberto Crasci).
Sitios de Internet en los que participa:
www.editorialcilc.blogspot.com
www.vamosarockearla.blogspot.com
www.fechascilc.blogspot.com
www.myspace.com/rocanpoetry

Entrevista que hice en septiembre del 2008, y fue publicada en el nro. 2, de noviembre del año pasado en "Esto no es una revista literaria" (www.estonoesunarevistaliteraria.blogspot.com)

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusta lo que escribís. yo tambie lo hago desde antes de saber las letras. ¡suerte! e.i.c.