jueves, 22 de enero de 2009

CARLOS ARDOHAIN: POÉTICAS: PALABRA E IMAGEN (I)




Sin límites, busca caminos de expresión, y los encuentra.

En el coexisten las formas y los modos de escritura, dibujo, pintura, fotografía y diseño.

Recorro con él preguntas y respuestas. Compartidas hoy en Nexo.

-¿Cuándo empezaste a escribir?

Siempre me gustó escribir, lo empecé a tomar como algo más importante cuando me di cuenta de lo difícil que era, y que un pequeño logro, podía significar una revelación.

Que eso haya coincidido con otras búsquedas, disciplinas y otros descubrimientos forma parte de un mosaico que quizá nunca se complete.

-¿Cómo definís a tu poesía?

No la defino, intento siempre descubrirla, procuro conservar un desconocimiento que me permite asombrarme en el desarrollo, y perderme en los desvíos que surgen en la construcción de un poema.

Me gusta la transparencia que guarda hondura, la simpleza que deja fluir ecos de misterio como ondas que una piedra provoca al caer en el agua.

-¿Dónde encontrás poesía?

En todos lados pero no en cualquier lado.

Debajo de las piedras.

A la vuelta de la esquina.

En el azar.

En las cortinas de humo, las paralelas que se tocan, las palabras tuertas.

En los bueyes perdidos, los lugares extraños, los malentendidos.

En los puntos suspensivos.

En lo que no se dice cuando se quiere decir algo.

En lo que se dice cuando se calla.

-¿Cómo es tu proceso de escritura y cuáles son tus herramientas?

Mis herramientas un papel en blanco y una birome negra.

El proceso es partir de una palabra, una frase o una imagen, anotarla y empezar a rondar a partir de ahí como para descubrir qué hay atrás, hacer que se desenvuelva, que se despliegue, que se abra, que crezca, cortar y pegar, tachar lo que no corresponde, hacer collage, armar una figura. Dejar reposar, enfriar, olvidar lo hecho. Volver y corregir, cambiar de lugar algunos versos, quitar cosas, hacer enroques, sustituir palabras. Y así.

A veces, otras veces no.

-¿Qué lecturas fueron develadoras?

Las obras completas de Dylan Thomas de Ediciones Corregidor traducidas por Elizabeth Azcona Cranwell, la poesía de Alejandra Pizarnik, Juanele Ortiz, Joaquín Gianuzzi, Fernando Pessoa, César Vallejo, Carlos Drummond de Andrade, Marosa Di Giorgio, Nicanor Parra, Oliverio Girondo, Juan José Saer, Wallace Stevens, Felisberto Hernández, Roberto Juarroz, Lewis Carroll. Y todos los demás que me cansaría enumerar. Los obvios y los otros. Los clásicos y los olvidados.

Una larga lista de nombres que evocan obras que me han conmovido, habría que agregar pintores, novelistas, escultores, músicos, eso haría la lista interminable, infinita, en mutación permanente.

-¿A quiénes admirás?

A los que tienen un sueño y lo persiguen durante toda la vida, aunque sepan que nunca lo van a alcanzar. A los que dan la batalla aunque la sepan perdida. A los que no se rinden ni se entregan. A los que se cansan y se rinden y se entregan y después vuelven a empezar.

A todos los que hacen algo para que el mundo sea un poco mejor.

-¿Qué te ha dado y qué te da la poesía?

Le da sentido a una parte importante de mí, me ayuda a entenderme y a dibujar un mapa. Me promete sorpresas y descubrimientos.

Me aporta preguntas.

-¿Qué consejos le darías a alguien que escribe?

Ningún consejo, el que quiere escribir que escriba.

-¿Qué opinás del mercado editorial?

Que sólo le interesa el dinero, como buen mercado.

-¿Qué opinás del circuito de blogs?

Que es gratis e inabarcable, un universo paralelo.

-¿Cómo llegaste a experimentar con las artes plásticas, la fotografía y el diseño? Son formas de expresión a las que acudís cuando las palabras no te alcanzan? o coexisten? Qué significan para vos?.

Coexisten y se alimentan entre sí, se relacionan, para mí no son cosas diferentes, me da placer escribir, dibujar, pintar, sacar fotos, armar una imagen o descomponerla, incorporar lo visual en un texto poético, forman parte de mi construcción como intruso, como polizón en el arte, me gusta contrabandear una disciplina dentro de otra, camuflar lenguajes, armar híbridos. Capaz que solamente se trata de tirar todo el tiempo botellas al mar. O actuar como el niño que intenta con su baldecito llenar con el mar el pozo que hizo en la arena.

Entrevista publicada en Nexo, el 21/01/09

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