Muchos Poemas
Roberta Iannamico
Voy a salir y si me hiere un rayo
Buenos Aires, 2008
La escritura como graffitti, que deja huellas en las paredes, cuando no basta se escribe las piernas, las manos, hace adivinanzas. Como Geppeto, enciende una vela en la panza de una ballena para escribir. Roberta Iannamico (Bahía Blanca, 1972) sabe de esto, y lo visibiliza en Muchos Poemas. Gramíneas, arroyos, un cerro, otro cerro, rosas, la voz de la tierra, de los humanos, de los animales e insectos, la de las ollas, el universo de la casa como refugio. El humor oscilante, como las estaciones del año. Poemas abiertos, que se pueden leer bajo las estrellas o el sol. Aire fresco en la cara, como cuando andás en bicicleta. El advenimiento de la tormenta de santa rosa, que ya no sucede el 30 de agosto, pero está latente. La quietud de la noche en Villa Ventana. Un fuego. Los deseos pedidos a los panaderos que vuelan. Roberta propone una adivinanza:” Tejo un pulóver/ salgo afuera/ ¿de cuál de estas dos cosas va a salir un poema?”. La cocina como palacio. Cumpleaños. Viaje en tren. El viento en escena. Polaroids de lo cotidiano, que encierran celebraciones. Iannamico construye poesía con estos elementos. Además, hay puntillas, camisones antiguos, tendales bailanteros, y flores de la sierra en sus Muchos Poemas. Sólo hay que abrir la puerta y la ventana para encontrarlos.
Natalia Molina, para Revista Pájaro